Los comentarios de Gstättner - viernes 02

Se ha introducido una innovación que aún no he mencionado por la mañana y quisiera agregar ahora: en el 32º año del Premio Bachmann es la primera vez que en el teatro de la ORF no se han colocado bancos sino sillas confortables de plástico con respaldo. ¡Bravo!

Zonas para el público (en el interior y exterior)

Adicionalmente, el organizador ofrece dos pequeñas zonas para el público: una zona interior en forma de cafetería y una zona exterior con una carpa al estilo de la fiesta de la cerveza. En ésta última sí que encontramos esos bancos viejos que nos producen dolor de espalda en caso de textos aburridos.

La carpa no lleva rayas azules y blancas como la que está ubicada en el parque de atracciones Eruopapark sino rojas y blancas. En cualquier caso, aquí apenas se encuentran austriacos una vez que los alumnos se han ido a casa a mediodía.

 Public Viewing (Foto ORF/Johannes Puch)

Alemania triunfa

En realidad, cuando se trata de un concurso de literatura en habla alemana es completamente irrelevante de cuál de los tres Estados de habla alemana procede un participante. Ahora bien, como en el programa y en todos los anuncios aparece la abreviatura de la nacionalidad junto a cada nombre, salta a la vista que delante de los 14 autores figura una "CH" de Suiza, dos "A" de Austria y once "D" de Alemania. No sería de extrañar que - como casi siempre - este año vuelva a triunfar una "D".  Las masas triunfan...

Sí existe: la literatura austriaca

En un sinfín de seminarios de literatura se ha constatado que existe una literatura austriaca propia. Sin embargo, ahora en el Premio Bachmann, a pesar de celebrarse en suelo austriaco, queda patente por qué los austriacos nunca van a consagrar la literatura austriaca en el mercado de habla alemana. A pesar de todas las innovaciones, esto no es algo nuevo.

 Horst Ebner (ORF), Egyd GStättner und Pedro Lenz (Foto ORF/Johannes Puch)

Buenas posibilidades para cada uno de los participantes

14 autores - nunca antes habían participado tan pocos. Para cada uno de ellos esto significa que su oportunidad de optar a un premio nunca había sido tan grande, estadísticamente hablando.

Algunos deberían pensárselo: una nueva profesión

Es cierto que uno ya no resulta aniquilado de forma espectacular. Pero cuando uno oye acerca de sí mismo, "el autor no tiene un lenguaje decidido", "hay mucho de previsible en esta historia" o "detecto indecisión en el uso del lenguaje", esto es un mal augurio y uno debería dudar seriamente de si ha elegido la actividad profesional adecuada. Al fin y al cabo, existen otras muchas profesiones interesantes: filólogos especializados en literatura, agente, editor, o, mejor aún, crítico literario.

 

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