Los comentarios de Gstättner - sábado 02

Después de haberlo anunciado con mucha vehemencia esta mañana, he de informar cómo le ha ido a Pedro Lenz. Hasta la fecha, no lo conocía como autor, sino sólo como persona, ya que en Suiza ha leído en alemán suizo.

El público me ha confirmado: Un texto estupendo

Hoy ha leído en Klagenfurt en alemán estándar la historia muy bonita "Inland", que mientras la escuchaba y leía me ha cautivado y no me ha dejado despegarme del texto hasta la última línea. Todas las personas que se encontraban entre el público, y con las que a continuación he estado charlando, me han confirmado esta impresión.

Pedro Lenz (Foto ORF/Johannes Puch)

El jurado ha hecho el ridículo

Es evidente que en el Premio Bachman no sólo un autor puede hacer el ridículo sino también el jurado y, en mi opinión, es lo que ha ocurrido en este caso. Pocas veces un debate había sido tan inadecuado con respecto al texto que lo precedía. Durante todo el debate el jurado ha perdido el tiempo con cuestiones triviales sobre la técnica narrativa, sin adentrarse siquiera en el ser, es decir, en el alma de la historia. Y como todos los grandes textos, sencillos, ejemplares de la historia de la literatura, esta historia tiene alma. 

Mangold podría haberse ahorrado el viaje

Cuando pienso que Pedro Lenz ha emprendido un viaje en tren de doce horas desde Berna y que el miembro del jurado Ijoma Mangold también ha viajado durante doce horas desde Berlín, que se encuentra asimismo a una distancia de 999 km, y que, por tanto, ambos han estado de camino durante 24 horas, sólo para que este miembro del jurado le lanzara al poeta a la cabeza los adjetivos "insignificante" e "irrelevante", entonces por lo menos el miembro del jurado podría haberse ahorrado el viaje. Por estos dos adjetivos no argumentados no vale la pena tanto esfuerzo. 

Debates del jurado discrecionales e intercambiables En general, los debates del jurado no contienen nada concluyente. Parecen discrecionales e intercambiables. Permanece la impresión de que en el fondo se puede, según los ánimos, gustos y pareceres, decir cualquier cosa y todo lo contrario de cada uno de los textos. Por una parte, los miembros del jurado rechazan todo lo que consideran una anécdota, pero a su vez ellos utilizan constantemente como intrumento descriptivo de la literatura anécdotas de su propia juventud. Y están contentos de que la máquina buscadora Karl Corino ya no esté presente este año, pero lo imitan de forma diligente.

Un texo incomparable de Rammstedt

Ahora mismo, Tilman Rammstedt acaba de recitar un texto muy divertido sobre un abuelo moribundo, que antes de morir aún quiere viajar a China, pese a que no ha estado ni siquiera en Austria; China representa una metáfora de la muerte, y Austria, de la vida. El texto en realidad es muy serio, una radicalización de la familia Petz y podría ser el texto ganador del Premio Bachmann de este año. Dada su idiosincrasia, es imposible compararlo con otro texto. Aún así, es lo que ocurrirá dentro de un par de horas.

 

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