Un texto que "no interesaba realmente"
El participante alemán Martin von Arndt ha presentado para el Premio Bachmann su texto "Der Tod ist ein Postmann mit Hut" como primer autor en la tarde de lecturas. Excepto Alain Claude Sulzer, quien había invitado al autor, ningún miembro del jurado ha podido intimar mucho con el texto.
Strigl: "El texto apenas me seduce"
Sobre el contenido: la muerte ataca al hijo veleidoso de un suicida como una "Tabula rasa" en forma de cartas certificadas vacías, que le llegan con una temible regularidad.
Un texto que a pesar de este sujeto "no resulta tan interesante" como podría, dijo Daniela Strigl, que había sido animada por el presentador Dieter Moor, para comentar estos "problemas de hombres". Aunque existe el "motivo del suspense" de las cartas en blanco, el texto le atrae muy poco. "Adoptar una perspectiva masculina o femenina - esto es aquí un asunto secundario."
"El texto me resulta demasiado tautológico-indolente"
Para Ursula März se plantea la cuestión de si se enfrenta uno en este caso a "literatura machista o softy". El grado de "softy" del protagonista se transmite en la forma de estar hecho el texto. Para ella éste es demasiado "tautológico-indolente".
Mangold ha hablado de "narración enrevesada"
"Yo quería decir algo como hombre", ha empezado Klaus Nüchtern, "también a un hombre puede aburrirle el hecho de ver cómo se sienten los hombres". Afirma que está ya harto de estos "protagonistas sin impulsos de treinta y tantos". Opina que la apatía del personaje se transmite al texto: "Así es como me imagino los años 50. El tipo es un aburrido", según su valoración.
Ijoma Mangold pensaba algo parecido: "El texto es como una persona hipócrita": comienza con un secreto - como un golpe de timbal -, pero el curso posterior de la narración está sin estructurar". La "narración enrevesada" aquí practicada no tiene ningún "valor poético añadido".
Heiz: "Estoy tan triste"
El disgusto de Andre Vladimir Heiz por el texto hizo que vertiera su crítica en francés. Su dictamen concluyente: "Escriba otra cosa, sé que esto no se debe decir, pero es que estoy tan triste". Tampoco ayudó que Alain Claude Sulzer alabara la "distancia irónica" del "elegante" texto. Al final parece que incluso él ha perdido su entusiasmo: de acuerdo, no tiene un "tono muy especial, pero es un texto bien explotado".