La sensación de estar de vacaciones es evocada en el teatro de la ORF
Con el texto "Muttervaterkind" de Anette Selg, la 32ª Edición de los Días de Literatura en lengua alemana casi ha llegado a su fin. El último texto - Klaus Nüchtern había invitado a la autora a Klagenfurt - que ha dejado al jurado desavenido.
"De la cocaína tenemos que pasar al yoga"
"Presentando su lectura después de Tilman Rammstedt, la Sra. Selg se encuentra en una posición muy difícil - lo primero era cocaína, ahora tenemos que pasar al yoga, lo que naturalmente requiere una actitud receptiva distinta", decía Ijoma Mangold a modo de introducción. "El texto se ha construido con mucha precisión y está narrado de forma sólida". Sin embargo, la monotonía de la vida cotidiana matrimonial "no es una cuestión muy emocionante", puntualizaba el miembro del jurado.
"Evoca el deseo de sentarse al sol con esta señora"
Daniela Strigl ha tenido una sensación similar: "Mientras los personajes se daban las buenas noches, yo también tenía la necesidad de hacerlo" - aunque esto se debía a la velocidad de la lectura de la autora, no al texto. Se podría decir que es una "versión light de Las afinidades electivas de Goethe", según Strigl, aunque lo original del texto radica en que "no pasa nada". El texto posee una gran atracción: "Uno se ve sobrecogido por la sensación de vacaciones, sintiendo el deseo de sentarse al sol con esta señora".
A Heiz el texto le ha parecido innecesariamente sobrecargado
Andre Heiz se ha cuestionado si la banalidad de la vida cotidiana no se convierte aquí con "mucho pseudocalado" en un ornamento. "Está innecesariamente sobrecargado; es un texto que confunde con su complejidad y dificultad".
Si bien es cierto que mostrar a personas que llegan a los límites de su existencia es un "buen reto", según Spinnen, también existen textos sobre la ausencia de la catástrofe o la identidad de ambas. También aquí es el objetivo. Opina que el planteamiento de la tarea es interesante, pero el texto se ocupa tanto del planteamiento de la tarea que en todo momento construye los puentes adecuados. Esto encaja ya "demasiado bien".
También a Sulzer le han entrado "ganas de mar"
Alain Claude Sulzer decía que este texto "extremadamente retraído" con un "ambiente bonito" es uno de los pocos relatos concluidos. "Durante la lectura me han entrado ganas de mar, pero allí también hacía mucho fresco".
Estética de un concurso televisivo alemán
El tema, la trágica latencia del texto, en el que "nada estalla" también ha gustado a Ursula März. Pero para crear esa "vibración en el aire" se omite demasiado poco: "Esto crea la estética de un concurso televisivo alemán". Para ella hay muy poco secreto.
"La acción puede caer hacia dos lados"
Latencia es una buena palabra clave, constataba Klaus Nüchtern, ya que la acción puede caer hacia dos lados. Líos amorosos veraniegos ya se han contado cientos de veces; pero quizá después de la infidelidad, la protagonista ha llegado al punto en el que se plantea: "Dios mío, ¿quizá toda esta mierda tampoco merezca la pena?".