Verena Rossbacher

Nacida en 1979 en Bludenz; reside en Berlín. Se crió en Austria y Suiza; estudió varios semestres de filosofía, filología germánica y teología en Zúrich; licenciatura en el Instituto de Literatura Alemana de Leipzig; escritora independiente.

 

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Verena Rossbacher

 

descuartizar.

Un alfabeto de indicios.

(Extracto de una novela)

 

Traducido por Nicolás Gelormini

 

Que allí algo pensaba. El paisaje un jugo multivitamínico, pero eso era solamente porque el otoño. Amapola es roja, amarillo del trigo, terrón es marrón, esfuma y: naranja porque la naranja, porque las calabazas, se agarraron con fuerza al paisaje, porque la cuestión con las calabazas, más bien del tipo vulgar, pero eso pasó nada más que porque otoño, pero él sencillamente no miraba hacia allí, pero eso solamente porque los trenes son animales salvajes, pero justo las calabazas, querían meterse dentro de la cabeza, pero pero él sencillamente no miraba hacia allí.

Pero: se debía a la velocidad o algo andaba mal con el tiempo, se debía al paisaje o era sencillamente un error, se debía al paisaje, que pensaba eso, era porque lo pasajero, porque: las calabazas, porque: técnica de restregado, amapola, amarillo y marrón terrón, para finalizar naranja, así que la noche se mezclaba de nuevo y el paisaje se transformaba en jugo, así que llegó el pensamiento de que algo pensaba. El naranja lo cegaba y le producía una veloz catarata, precipitadamente: el abrir de las profundidades, allí miraba hacia un declive de una opacidad naranja y las cataratas superaban el tiempo y abrían algo y allí algo pensaba, la fuente en mayo, dado que se encontraban, allí donde en otra época se encontraban, en la fuente y cuán inevitable, si alguien allí toma el sol y lo arroja adentro y arriba y todo se transforma en jugo...

Pero no, qué es lo que lo revoluciona entonces, ayuda mirar hacia afuera, contra el recordar, contra las imágenes siempre ayuda mirar, así calabazas como canicas preñadas derramadas sobre el suelo, esto le provoca un apunte en la cabeza, si algo se derramara, en la naturaleza, no en la naturaleza, en una imagen, cuándo dónde qué se ha derramado, cuando algo no se encuentra en orden, ya sea en la naturaleza o no en la naturaleza, cuando algo se encuentra mal clasificado e intencionalmente rasgado, qué significa esto, eso no lo sabe, pero allí tendrá que tropezar y con gusto acomodaría alguna cosa, en una imagen, cuando, por ejemplo, en una imagen, como, por ejemplo, en esta imagen, una vez en la exposición, en una exposición, allí había ido, a la exposición, había ido a una exposición, y los ángeles en el cielo, mucho más abajo ellos aguardaban allí a las cosas, una María, un José, buey y toro, allí aguardaban los pastores y José no es un padre y se pregunta cómo y en el cielo, allí tiene uno, allí el Magnánimo ha derramado un puñado de ángeles en la imagen como pasas de uva las ha arrojado, las ha vaciado, ángeles en caída libre, cabeza abajo cabeza arriba, saltando del trampolín, en vuelo libre en el salto, del trampolín, ángeles como trastos, batifondo, pamplinas, disparates, allí deberían gravitar los ángeles gallardos, allí deberían, en efecto, porque esto es usual, ángeles girando gráciles, y gloriándose etéreos, allí deberían gallardearse galanos, en general, los ángeles gargantean, gimen o gorgojean, golpean con el gong o garabatean, o era con la F, fraguan, ¿qué es, qué se proponen los ángeles derramados? ¿O es acaso una finta? ¿Quieren flamear el cielo? ¿Un incendio del mundo? ¿Es una maniobra de distracción y para qué? Un flic flac realizado sobre la tierra, flic flac para el salto mortal, la voltereta un flip el giro, la F, por medio de la F se puede descubrir sus planes encubiertos, ¡gimnastas y acróbatas de poca monta! Ángeles, sí, pero eso era el equipo del caos, allí habían caído ángeles dentro de la imagen, habían sido arrojados, vaciados, allí el Magnánimo había derramado los ángeles, un tumulto tremendo y desproporcionado, reman con los brazos, llevan sus ropajes atildados, y ni hablar de perder las trompetas trombones, ni hablar de perder los batintines, luego habrá que tocar aquí la flauta, tocar la corneta, luego habrá que tocar aquí el violín y el cornetín y ¡sonreír constantemente! ¡Hacer acrobacia y cultivar la música! Los ángeles son juglares son omnipresentes y monoentretenedores, el Magnánimo ha lanzado las pasas de uva o se han caído de su abrigo, ¿acaso ha estado apresurado hoy?, ¿se apresura a grandes pasos por el campo?, ¿corre hoy como un berserker?, ¿lo impulsa hoy la inquietud o una nueva idea?, ¿algo lo lleva a cambiar?, ¿el gran plan o una mala conciencia?, se pasea en una bata blanca de química, siempre las batas blancas de la química, cuando los hombres blancos...

No, no, él tiene que quitarse algo de la cabeza, se acaricia la cara, los ojos, lleva a cabo un apaciguamiento y es como se expresa a continuación: allí se pavonean en la química por los hombres y la prisa... inserta: tal como se expresa a continuación, se acaricia la cara los ojos, cuando: el Magnánimo divide los cielos, entonces desde su bata blanca caen los ángeles al campo como pasas de uva: allí se encuentra sentada la María y aguarda, por las cosas y un niño y explicaciones más detalladas, que se anuncie un padre y por un cuarto para la noche, los ángeles han caído en la imagen de manera completamente incidental y para el entretenimiento musical, allí el Magnánimo ha sentido compasión o hace solamente bromas, y aligera todo con la música, allí baila el mundo, una pesada barriga, el ángel te muestra el flic flac, se para de manos y hace el salto mortal, entonces uno se expresa con unos tiquismiquis ingleses hasta llegar a una confusión sin remedio, tiquismiquis. ¿Tiquismiquis? Visitez-ma-tente. Si esto es adecuado. Si es adecuado. Entonces llega Gabriel con una oferta inmoral, él es enviado por el Magnánimo, ve, dice el Magnánimo y ya está muy ocupado, tiene mucho que hacer, en el laboratorio de química, o en los cuadros de flores, medita sobre la desintegración de átomos o las medias de nailon, bien puede ser, rastrilla el cuadro en el jardín, porque llega la primavera y en los meses de marzo del campesino, ve, dice nuevamente el Magnánimo a Gabriel, y le dices algo a María, dile a ella, dice el Magnánimo, no, no seas muy brusco al comienzo, con moderación, entiendes, se lo presentas con moderación, primero le ofreces un pequeño regalo, una, no sé… alguna cosa, Él se encuentra en el laboratorio, hay una bella reacción en el tubo, una botella de cloroformo, una molécula como símbolo, lo pequeño en lo grande, el fruto en el vientre, una molécula sería algo bello, y cloroformo acaso práctico, porque la noticia es recia, acaso sólo digerible bajo el efecto de la anestesia y vestido de manera ligeramente elegante, llévate algo, le dice a Gabriel, llévale flores, se hace de ese modo, y luego le dices a ella que no dispongo de tiempo, por el laboratorio, por el jardín, dile a ella, en el laboratorio se encuentra el trabajo de los próximos siglos, en el jardín la nieve de ayer, le dices a ella… pero no, déjalo así, qué le interesa a la María la química, qué tiene ella que ver con mis hortalizas, llévale simplemente algo, salúdala de mi parte, y piénsate alguna cosa.

Está bien, dice Gabriel, recoge unas bellas flores y piensa un bello poema. Hace lo que le ha dicho el Magnánimo y modifica un poco las cosas a su modo, parte Gabriel y desaparece en F, flic flac hacia la tierra y tiquismiquis, porque todavía es joven, porque todavía tiene alma de cántaro y es un mozalbete saltarín, porque ya siente la primavera, porque ya es marzo, porque se expresa con tiquismiquis, porque no puede hacer otra cosa, porque no quiere, Marie, Mariemarie, visite ma tente, yo te saludo, tú eres Marie, el Señor está contigo, ven conmigo al lecho, yo estoy contigo, está conmigo, visite ma tente, descansa junto a mí, visita mi tienda, G como Gabriel, como glorificada maldecida, gloriada seas tú María y g como gloriada y glorificada y f como el fruto, trombones para la música y flores para el romanticismo, un lirio para el amor, ven a mí, bonita, allégate junto a mí, más cerca, tengo algo para decirte del Magnánimo, te contaré una historia, te contaré una historia por completo increíble, ven, bonita, vamos a hacer un niño, me entiendes, el Magnánimo dice, tal como otros crean, a él le resulta fácil, a él le resulta difícil, no sé por qué no viene él mismo. ¿Por qué?, bien, ya sabes, Él es así, acaso esté impedido, demorado, acaso tenga mucho que hacer, una cita en el laboratorio, allí lleva a cabo experimentos, realiza pruebas con las cosas, le gustan las detonaciones, inventa los fuegos artificiales, la dinamita, la fusión nuclear, en algún momento lo expresa, y lo coloca en el mundo, para que alguno lo encuentre y se asombre por ello, pruebas, ensayos, también puede que me haya enviado porque no encontró ninguna forma apropiada, ningún vestuario apropiado; ¿como qué, por favor, habría de pasearse por aquí?, no va a venir como un cisne, tampoco es un toro, no va a montarte aquí un zoológico, sería completamente ridículo. ¿Te gustan los instrumentos de viento, bonita? Porque, escucha, cuando él habla, es un bramido retintín, es el estruendo de los trombones, pero flexiónate, acerca tu cabeza, voy a susurrarte algo al oído, te contaré con ternura qué me dijo Él, que hizo que la tierra se estremeciera, ven a mí, una tienda es un sitio íntimo, un manto mágico para desaparecer, nos habrán de pintar pero nadie nos observará, nos habrán de informar, pero nadie lo ha visto, yo diré que te he saludado como había indicado el Magnánimo, ¿diré que te has sorprendido? ¿Sí? ¿Espantado? ¿Escandalizado? ¿Algo con E? ¿Escaldado? ¿Sí? La E es buena por el efecto y el eco deseado, la E para el epílogo, pero estamos precisamente en el medio, porque tú estás a punto, o el tiempo, mira, te haré un niño, Él lo ha ideado de este modo, o al menos algo bastante parecido, y lo que Él piensa está bien, Él piensa y dice y observa y: está bien.

Después Él compondrá todo, pero qué significa este espanto en la Anunciación, ¿tendré que describirle este cuadro? ¿Espantada? Yo habré de contarle luego: la he saludado, le he comunicado todo y ella estaba espantada, estremecida, tendré que contarle de esta cara absolutamente espantada, completamente espantada y profundamente estremecida; una cara semejante, tan espantada, jamás hasta aquí he...

Pero cómo, observará Él, pero cómo puede ser que María mire de ese modo cuando se le anuncia algo en algún lugar, si yo mando especialmente a mi ángel con información muy importante y una buena nueva, cuando alguien recibe una visita tan interesante, tiene que poner una cara semejante y: pero cómo María mira como si le hubiesen robado alguna cosa, como si alguien le hubiese dicho: el fin de los mundos, pero cómo pone semejante cara, como si le hubiesen mencionado al mismísimo diablo, cuando yo especialmente envío a Gabriel, pero cómo se explica una cara tan incomprensible, como si alguien le hubiese cagado sobre el cerebro, precisamente cuando la cosa se pone interesante, pero no, porque este espanto integral y la cara de María, cómo: pero esto no puede ser verdad y: seguramente he escuchado mal: cuéntame otra vez, pequeño.

Pero que algo pensaba, allí comienzan a pasearse los pensamientos, y, cual si fuera su cabeza un parque de atracciones, un panóptico de curiosidades, un lugar de recreo para niños con subibajas, este sonar de los violines, este bambolearse de los columpios, este continuo vaivén, todo eso lo hace polvo, esta marcha terrible de niños que corren, saltan, se hamacan constantemente, de un lado a otro, de modo que reinan en su cabeza la precipitación y la urgencia, esto es por… por el derrame que le han observado en la cabeza, allí se encuentran las calabazas desparramadas y preñadas, y se aferran con firmeza a los terrones o en el cerebro, en verdad alguien debería enfilarlas en algún lugar, acomodarlas en algún estante; es muy claro que la técnica de restregado no es sana en modo alguno, porque el cielo como petróleo, por una opacidad naranja, que tuvo que serle extirpada de la cabeza con violencia, que allí algo pensaba y recordaba una fuente, fue en mayo y como era si el sol se hubiese embriagado y Él solamente quería pensar: calabazas, o: anaranjado, o: que el recordar sería como un caer, y seguía así…

No, precisamente falso, eso no, eso… mirar hacia afuera ayuda, mirar ayuda, avanzan los trenes a galope por el campo, esta tempestad de fieras violentas, la velocidad se multiplica con el paisaje, esto requiere la utilización de la técnica de restregado, afuera uno con grandes cilindros arrolla el otoño sobre una pared engrasada y fieras salvajes se disiparon hacia todas partes, corrían tan rápido sobre sus patas como sobre ruedas, Él miraba desde una diminuta célula de un cuerpo que se desgarraba, el compartimiento un alvéolo una escama en un tanque de combate una piedra de mosaico, miraba allí el otoño ejemplar, habían hecho interesante el cielo por medio de papel de lija, habían dejado caer astillas del sol, era una luz tan tallada: arte ingenuo, el sol como los dedos de San Cristóbal, José, San Francisco...

No, dice entonces él. Cuando alguien extrae a San Cristóbal de la madera, a José y siempre con el niño sobre sus espaldas, cuando: no es delicado, sino ingenuo, uno extrae los dedos de la madera, las orejas, la cara, una luz semejante: tallada, acuñadas, astillas arqueadas, cómo: arte ingenuo. Tiene que venir alguien que reflexione sobre el arte ingenuo, si San Cristóbal ha de llevar sobre sus espaldas a un niño Jesús y el mundo entero, un niño Jesús y no uno que se conozca, pues es una cuestión de principios y no de algo concreto, si a un San Cristóbal sobre se le... su niño sobre las espaldas... pero hacia dónde lo pasea, esto sucede porque con la ingenuidad en el arte de vez en cuando la cabeza de niño cruza con alguno y éste reúne las cosas entonces y hace una tremenda mierda, lo ingenuo no aparece en el arte por casualidad, eso es los campesinos con un carácter como un hacha, que por pura ingenuidad no saben qué hacer y derriban los árboles para hacer bricolaje, para labrar un San Cristóbal, porque les gusta, el cielo sabe por qué tendrán que tener una preferencia tan clara por la prolongada indigencia, que cruza por un vado, no tiene idea de nada, ni plan alguno, ninguna idea del mundo, supuestamente, porque él tampoco sabe nada al respecto, un cerebro como un gorrión, bruto como el pan, porque él es tan ingenuo, los ingenuos pueden, sin vergüenza alguna, cortar rodajas de él sin matarlo antes, pues ellos piensan: es uno de los nuestros. Y entonces José: un hombre ingenuo. ¿Cuán ingenuo tiene que ser un hombre para dejar que implanten un hijo en el vientre de su mujer?, hecho de nada o de parloteo inglés, surgido en el tumulto abajo y arriba, pero allí tienen una alegría pueril, cuando más tarde bajo el árbol servil sonríe un simple carpintero, una pequeña luz en una gran historia, el hombre de al lado, al que un juglar le ha puesto los cuernos, pero...

Donde permanecen sólo unas conexiones, un contexto, los pensamientos aparecen meramente como fractales y las personas entran y salen, si solamente incorporara una estructura, entonces llegaría a ser algo: un coliflor, dispuesto con una geometría redondeado y embellecido, un romanescu y todas las rosas, el romanescu permite comprender la problemática de los fractales y la cuestión de los indicios, lo que quiere decir, aquello que quiere decir es lo siguiente, tal como se expresa a continuación: si incorporara una numeración y un alfabeto, una arquitectura, un plan desconcertante: entonces sería algo como un asesinato y sus pormenores e indicio por indicio, entonces sería Gabriel una rosa de hortalizas, una rosita, entonces San Cristóbal traería el romanescu sobre las espaldas, el mundo entero, hortalizas y una ciudad, una fortaleza y en ella la casa, todo delineado, en lo pequeño la clave de lo grande, un indicio de los pormenores y su asesinato o al revés, el hilo rojo y que se pueda descubrir algo, ver de repente una imagen y sumergirse dentro de su geometría, el coliflor sabe bien y es sano, así como la técnica de restregado no es sana, el coliflor contribuye a la comprensión de los fractales y de la arquitectura, de la ingenuidad y del arte y el romanesco es su más bella criatura.

Sobre los campos ahora la escarcha, la helada como daño, cuando algo se encorva y con sobriedad, si... lo que él quiere decir, él quiere decir algo. ¿Si es mayo? No. Cuando sea de noche, no. Cuando el sol se ha embriagado un poco, no, cuando es una fuente, no, y entonces se desencadena una guerra, no, eso no... si sucede, entonces: no, si uno se perfecciona, capas más profundas, que se tienen que pensar: no, pero, ¿esto es un ritmo?, ¿un compás?, ¿es el curso de las cosas?, cuando el bamboleo se convierte en queja, un tono más elevado, imágenes veloces, si: desbordan los cuerpos hierve la leche el tiempo asciende en espirales, si: el cielo eleva el ritmo al cuadrado un caballo monta sobre otro, cine de dedo, una mano rápida. Afuera algo cae, afuera algo se desploma, el día tropieza, alguien derrama sobre la tarde una noche áspera, el sol se maquilla coloridamente, ese presentimiento concreto de panecillos coloridos como luz colorida todo colorido y una mañana afónica, el sol amarillo desayuno, entrado el día... el pensar, si él pudiera pensar con suficiente rigor, entonces algo saldría en limpio, era como se expone a continuación, un exponer a continuación: afuera era otoño y el sol por la tarde como el desayuno. Exacto. Como desayuno, muy colorido, como una garganta afónica, una palabra como: mujer, una mujer, cuando él pensaba eso miraba, una mujer, el tiempo le cincela el rostro, él ya se ha vuelto rudo, el cielo un vaso de conservas con grosellas rojas, húmedo, brillante, qué hace el tiempo, entonces el tiempo se va a pasear o se pierde o pasa repentinamente, allí pasa el tiempo y era mayo, el cielo, se yergue, se concentra, alguien cierra con tapa a rosca, un recuerdo una imagen un día de mayo, macerándose en un frasco como una curiosidad en el estante, una mermelada confitada de una fuente genios acuáticos y ondinas y allí andan de Neptuno los caballos a través de la fuente, como allí se encuentran los caballos cruzan, todo se encabrita entonces, cuando: semejante piel de genio acuático lisa es y verde alga, de chorrear, porque allí siempre un agua chorrea hacia todas partes y enjabona, cuando algo se torna resbaladizo y cieno, allí él la ha encontrado en mayo, ven hacia mí, ya se ha vuelto rudo, allí se tambalea la piel, allí tiene ella un hambre furiosa, un anhelo como húmedo, entonces se pone la brida y los caballos tienen espuma caliente, el verde pesado de sirena y luego solamente su hedor, allí él ya no puede más, allí él ya debe tomar aire como devorar la cosa, allí él ha escuchado el tiempo, transcurre o presta solamente el ritmo, ordena algo, porque todo era confuso, él hubiera podido querer desgarrarla y devorarla sobre y en la fuente y, entonces hubiera podido querer ensoparla y arremolinarla, él hubiera podido querer que las aguas se adecuaran, que los mares estuvieran enfurecidos y que las ninfas se excitaran, esos cuerpos compactos serpentean y se contonean, miraban, a los ojos, que ella lo mirara a los ojos, cuando él la tomó, él hubiese querido, siempre el miedo a la muerte, porque siempre se trata de todo, siempre se trata de todo y se trata: de todo y siempre, muy rápidamente se trata de todo. Lo que debe pasar sucede rápido.

Hubiese tenido que ser rápido y todavía más rápido, hubiese tenido que ser, que se rompa una ola, un grado regresivo, el cerebro es una nuez, que uno rompe, que él le dobla el lomo, hasta que encaja desencaja casca y ensopa, toma, él hubiese debido tomarla con rapidez, porque eso hechiza, él tendría que haberla hechizado y cascar nueces hasta cantar, él tendría que haberla hechizado o alzarla sobre una silla para tejer y con la mecánica, entonces tendría que haber utilizado la mecánica y castigar hasta el extremo, porque: todo, se trata, de todo, siempre, alzar y como un tapiz, y mírame, siempre mírame, dame tu temor, una necesidad, ruégame.

Lo naranja en la fuente, un agua rabiosa y estallante, el sol produce sangre o alguien acuchilla una ondina, verde, rojo, entonces viene en el agua la noche puntiaguda como el águila, cae, entonces se sumergen en un hoyo y el ruido ensordece los oídos, tal que uno debe gritar, cuando lo desgarra el dolor, que uno ya no puedo soportar, porque los cuerpos se convierten en muy poco y lo que es rebanado es cortado en rodajas con un hacha fibrosa, que uno una guadaña pule, un cuchillo para el filete para el corazón para la apertura de vientres, que alguien acciona la máquina y pule algo, que el ruido permanece del pulido y el pulido y el pulido y brevemente el cielo se arquea en un paño y las telas para la tienda en las esquinas caen, se aferran, que alguien crea un espacio y ninguna salida, allí se pasea el tiempo o se pierde, allí se encuentran de pie y se miran y él exige. Su cuerpo, que él quiere todo, porque menos es ridículo, estremecimientos agudos corren por la espalda como sobre el campo, que a uno le entran unas ganas y que a uno le entra temor y tinieblas, que uno piensa, habría que irse arrancar, desgarrar y rasgar una mujer, ávido, que ya no hay nada que contener y nada se puede garantizar como volverse loco y darse vuelta, ven conmigo, ven conmigo, dame tómame suéltate, date vuelta te doy vuelta.

Él miró hacia fuera, un sentimiento como una tormenta, pero eso era sólo el sentimiento, qué piensa hacia dónde, de este modo todo se complica y se arma un tumulto como de ángeles marchando en caída libre, batifondo, pamplinas, cocos, copos, cucardas, coprolitos, exacto, c, como calabaza, pero él sin embargo tenía, así, tablas, pero él había hecho unas tablas tan bellas, con los números, letras para el orden que le gustaba, entonces: allí están las calabazas recientemente laqueadas, el otoños terrones sobre los campos amapolas bellas como novias, las peras caen, uvas maduras, un cuervo llama, negro el saúco, alas, vuela... no, dónde estaba él, en la c por los cuervos, porque era el otoño , por la combinatoria, porque ella es astuta... ahora él tiene un pensamiento importante, allí se le ha perdido a él el hilo importante, él ya había logrado pasar todo por el ojo de una aguja, el hilo rojo ya lo tenía él en el ojal y hubiese podido coser algo esmerado, qué era eso, eran peras uvas granos de saúco, eso es, ¿es esto un hilo rojo? No, ningún hilo, ningún hilo y tampoco rojo, no hay nada que coser con las peras y las uvas, no son hilos de ninguna manera, las frutas no son hilos, la fruta pertenece al orden de los frutos y los hilos al de los lanuginosos, no se debe devastar todo dentro de las categorías o hacerlos fructificar unos con otros, esto hace de los pensamientos inválidos bizcos, son por un lado los que pertenecen al reino de los frutos y uno los coloca en fuentes, platos y en los sombreros de las damas, los hilos rojos uno los amarra en carretes y deben ser guardados en los costureros como las armónicas para el orden, allí está el hilo y es rojo, porque rojo es el recuerdo, roja es la sangre, el amor y el coraje osado, rojo es todo lo que causa dolor y sufrimiento, es rojo cuando en la cabeza se vienen abajo y se dan vuelta los estantes y estallan los vasos, cuando se cierne un cielo hasta el furor y el delirio, roja es la destrucción y la miseria y todos los hilos importantes, carretes tirados y dispersos, son peligrosos, provocan caídas, y se tropieza con ellos y uno se rompe algo, cuando uno sigue un carrete y se hallan cuervos de campos despojados, en breve un black-out, un cielo se oscurece, entonces uno interpreta el hilo y tiene que haber sido en un otoño tardío y con la helada las bandadas de cornejas, que migran desde Rusia, donde, de lo contrario, se caerían, como rígidos cubitos congelados desde el cielo, así como en otras partes caen los ángeles congelados como pasas de uva copos, o serían devorados por los rusos, porque ellos las devoran, allí los rusos desgarran las cornejas como en otras partes a las codornices jóvenes, cuando el frío se vuelve demasiado intenso y los rusos demasiado hambrientos, llegan las cornejas en gigantescas manadas y cuando vienen. Cuando vienen. Después un oscurecimiento y que era una embriaguez y un llamado, cuando repentinamente la luz se absorbe y el mundo se viene abajo, entonces comienza una cacería furtiva a través del cielo y se azotan con dureza, las cornejas beben de las almas embrutecidas y un vocerío un griterío, que uno habría querido taparse la cara, el entendimiento, el corazón, una furia arrojada, no, una conciencia irónica, formada de presentimientos peligrosos, repentinamente estaban allí esas masas, esos muchos, esos eran unos muchos negros, pixelados de miles de cuerpos manuables, allí uno podría, si se fueran a caer las cornejas en la ciudad, siempre encontrar una allí, como ella picotearía a muerte sosegadamente y sin ningún esfuerzo a un unicornio, le destrozaría la cara, lo observaría, vería tan tranquila y con una seguridad de sierra, lo picotearía, siempre en la cara, allí ya corre una sangre agria de los ojos, de los blandos carrillos, ya llora por la boca elegante, con entera proporción picotea allí la corneja y sobre el animal, y uno no sabe cómo, entonces no se podía ni pensar en alguna huida, allí se endereza el animalito solamente un poco y así face à face, mira su final en los ojos burlones, allí una corneja se picotea una muerte, sin reparos ni réplicas y sin duda alguna, allí hay dos que saben de qué se trata y ninguna huida, eso sucedía cuando las cornejas se habían asentado en la ciudad, que él la volvió a encontrar, cuando en esa tarde obliterada los pájaros se tragan de a miles la última luz, éste es un tiempo como asesinar, cuando esa transición a la noche uno observa como un puño cerrado y lo mira con sonrisa sardónica, una lengua grasosa lo lame sobre la cara y cae en un miedo pernicioso, esto fue en una tarde en que él la vio, en que él la encontró, en que él la cruzó por el camino o la había husmeado buscado cazado...

Peropero, cuando, cuando el pensamiento ya no puede lograrlo, porque hace cric-crac y en las columnas de sus tablas o en el alfabeto algo se derrama, un té o una idea o pasas de uva, se desplaza una tasa o se hace un chiste, cuando se cocina una sopa de letras con sus oraciones y se come todo y se repite y ya nada concuerda, porque su digestión no se desarrolla correctamente o porque no se puede cocinar, porque la sopa de letras es peligrosa y no es sana, porque la técnica de restregado no puede ser sana, porque todo lo tiene que esfumar, entonces él pierde así, entonces algo entra en él qué cómo: rojo, entonces allí corre sangre silvestre por todas partes y un temor espantoso lo acomete entonces, que ella siempre derrama algo y él no soporta el derramado, no en las imágenes y no en la naturaleza y tampoco allí donde no hay naturaleza, no debe ser, nada se ha de derramar y un trabajar en su cabeza como el ejecutar de un piano, él la ha acechado, cazado, matado, no, pero no, siempre el caer en las imágenes y a veces un semejante fogonazo y como sueños, que él se ha empacado, esto es llamativo. Que él puede cerrar, que él la ha ahorcado, arrojado el niño arrojado derramado, que una descomposición destripar una matanza... él no sabe eso está bien, porque eso casi no puede ser, eso no puede ser y ahora pasa el campo, un tren es siempre perseverante en sus fines y color ceniza la oscuridad llegada o es el afuera solamente en las ventanas, ángulos obstruidos, no se levanta, él está como escuchando y la inseguridad de que sea verdad. De que algo sea verdad. Si todo es solamente una estructura y como una mecánica móvil, cuando uno introduce la mano se rompen los dedos. El pensar, el recordar, la mujer, si fuera verdad, la mujer, el niño, pero esto es una mezcla en la cabeza, maldita, una cabeza, una cabeza no es un parque de diversiones, pero allí el pensar en el niño y su cabeza como vello, una mujer y su mujer, que una mujer era su mujer, que a él lo revuelve un dolor caliente y arroja de nuevo los dados y allí no hay nada que transcurra, esto es un bollo de navidad y un plano inclinado de cristal, allí alguien le arranca algo a él bajo los pies, y él podría, él trataría de tomar algo, esto sería en el mundo, pero allí hay nada, hay, en el mundo, nada, eso queda, queda: nada, un trabajar en la cabeza como el ejecutar de un piano, que algo pensaba, pero él no podía. Él no podía.